T3010201901Costas extrañas con
sentido para aprender a hacer haciendo
Hoy voy a retomar un escrito de J.
D. Torres Duarte, Cosas extrañas, con el título: Aprendan a escribir poesía,
poetas en donde describe “La poesía es el género más devaluado. Pocos se
consideran aptos para ejecutar una novela, mientras que bajo el yugo del
sentimiento y el melodrama cientos de miles se obstinan en escribir versos. Su
insistencia es tan vigorosa y parecen escribir con tanta ligereza, que uno se
ve forzado a admitir que componer versos y escribir poesía son dos actividades
opuestas e incluso enemigas”.
La poeta polaca Wislawa
Szymborska responde a numerosos poetas que enviaban sus trabajos a Vida
literaria, la revista en que ella trabajaba, con el objeto de ser
publicados… “¡Intente usted enamorarse en prosa!”, responde a uno. “Es
fundamental cambiar de bolígrafo —dice a otro—. El que usted usa comete muchas
faltas. Seguro que es extranjero”.
En otra de sus respuestas, por
ejemplo, Szymborska escribe: “Para un verdadero artista inventar es lo mismo
que imaginar con una claridad real, e imaginar las cosas con esa claridad real
significa, por su parte, lo mismo que vivirlas personalmente”.
La imaginación puede reemplazar,
e incluso mejorar, la experiencia sobre la realidad. “Lo cierto es […] que un
escritor se forma en su interior, en el corazón y en la cabeza: gracias a una
innata predisposición a abstraerse, a vivir de forma emocional las cosas más
pequeñas, a asombrarse incluso ante aquello que a los demás les parece normal”.
Sólo la disciplina y la claridad
mental, que se ganan con la buena lectura y el buen juicio, serán capaces de
ejecutar una obra al menos aceptable. Szymborska escribirá: “Piense usted en la
vida como en una extraordinaria aventura que le está sucediendo”.
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